el día que perri ganó.

ya no estoy en la misma bolsa, buscarme ahí sería perder el tiempo.
capaz sí en la taza de café con leche,
o en el medio metro de pared, entre el espejo y la puerta.
invocar el falsete en la mitad de una canción, sería demasiado obvio.
pero por ahí ando.

juro que es la última vez que pateo la frazada, y te prometo que el 80 por ciento de todo esto es inalterablemente mío por lo que dure la temporada.
ir y volver, e ir.
una rumba de desayuno.
y es todo tan familiar que un poco me asusta.

se dice que no quedó nada por decir, se me ocurre que ahora los silencios hacen un poco de ruido.
besos y marcas en el cuello, a la carpeta de borradores señores.
y otras mil cosas más.

una luna de 34 horas haciendo de químico revelador de la instantánea que quedó en tu reflex.
a la mitad de tres días, empieza a soplar el frío, y queda el buen recuerdo.
ni idea que hora son mi corazón.
pero el tiempo hace estragos, siempre.

la peli terminó hace rato, y es cierto que me quedé pensativa.
no fue casualidad que justo sea en ese momento.
no lo aseguro yo, pero alguien que me conoce mucho seguro lo haría.
que capaz me empezaba a preocupar mi avión, que salía en horas, y yo ni sabía de dónde iba a sacar una valija ni las ganas a esa altura del verano.
capaz era eso, pero no sé, tanto no me conozco la verdad.

el descontrol de los impulsos ganaron el control de toda una boca,
que chamuyando una revisada teoría, cubrieron mi pasaje en clase turista.
se hizo todo sin impuestos.

en parís se habla francés, se está un poco lejos, hace frío y no hay estufas que irradien como allá.
y uno se adapta sin saber muy bien a qué.
pero uno se adapta, más cuando se es así de adolescente, tantas veces.
aunque parís puede ser un embole.

en pleno vuelo el cover de una canción ochentosa sin querer hace de soundtrack.
cuando llegué la encontré y la escuché de nuevo.
I just wanna use your love tonight.
I don´t wanna lose your love tonight.

ocho menos cinco, "bueno me voy", casi que no quiero.
si no fuese porque hice el check out antes de pisar el piso de todo esto, andá a saber si salía de la cama un lunes tan temprano.
vos dale vida, seguí, que ahí nos vemos.
así que me fui.
.
.
.
pensando bajito.

2 comentarios:

  1. me faltan palabras y me sobran sonrisas.

    (claro que andar la carretera tiene sus cosas, que si tendrá sus cosas)... mi blog también habla y la vida sigue.

    ResponderEliminar
  2. "y uno se adapta sin saber muy bien a qué.
    pero uno se adapta..."
    (a veces parece como si no se tratara más que de ésto)

    abrazo!

    ResponderEliminar