el tiempo pasa en mis corpiños,
en la mancha de humedad que se empieza a comer el techo.
en la chica que toca la canción más triste en el piano, que se ríe y ya no me hace llorar.
no entendiste, todas hablan de vos,
o preferís no escuchar.
para el caso apesta lo mismo.
el espíritu inflado de inflamado,
algo se pasa de la raya, y me aburrió.
porque cuando apenas eras un deseo sin nombre, ya me dolías, con apellido espeso.
mi moretón emocional, fresco y liliáceo, como tu vómito que nunca fue.
aros amarillos, daiquiri de frutilla, un agujero en el pantalón, exceso de rimel a las 6AM.
el recuerdo limpio del primer orgasmo en una cama prestada.
completamente ajena, cómoda para nadie.
como yo en cualquier caso.
entonces,
nada.
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